El alza de la cotización del dólar estadounidense durante este mes de enero es producto de diversas razones. Una de ellas es la recompra de divisas como fase final del carry trade, inducida por la licitación de las Letras del Banco Central (Lebac) realizada el pasado martes 16, que redujo la tasa del 28,75% al 27,24% anual a 35 días, y que es consecuente con el cambio de las metas de inflación que anunció el Gobierno el 28.12.2017, cuando las modificó del 10% anual para el año 2018 al 15% anual. Otra es la creciente diversificación de las carteras de inversiones que han incrementado la participación de la divisa estadounidense en la composición de los portfolios. Otra es la sostenida demanda del dólar turístico vacacional. Sin embargo, en este contexto, el motivo principal es el atraso cambiario.
El estudio comparativo de la cotización del dólar y su relación con la inflación pone en evidencia las expectativas del mercado cambiario frente al devenir de las políticas monetarias y el conjunto de medidas económicas llevadas adelante oportunamente por el Gobierno. Tomando como base la cotización al cierre de cada año del BNA, durante 2016, el incremento del dólar fue del 21,05% mientras que la inflación para ese año alcanzó el 40,90%. La misma situación se evidencia en 2017. El aumento de la divisa estadounidense llegó al 17,39% y el incremento los precios en la economía superó el 24,50%. Durante este período, la liquidez en moneda local fue captada por las Lebacs, cuyo rendimiento anual aún supera significativamente la inflación del último año.
Durante 2016, la emisión monetaria alcanzó el 32% y el incremento de la base monetaria de 2017 superó el 27%. Aunque el Gobierno manifieste que estos pesos emitidos cuentan con el respaldo de divisas (U$S 63.122 según Informe del BCRA), debemos señalar que también genera una expansión de pesos en la economía. Con un crecimiento de la actividad económica real interanual del 3% al 4%, el aumento de la base monetaria no se destina hacia la inversión ni el consumo, sino fluye hacia los instrumentos financieros por las altas tasas de interés, el mercado bursátil o el mercado cambiario tradicional.
El actual déficit fiscal tracciona la demanda de pesos, consolidando la emisión monetaria en los niveles anteriores. El elevado déficit comercial tracciona la merma de las reservas en divisas, volviendo espurio el incremento de la base monetaria. La necesidad de mantener el respaldo de divisas tracciona el aumento de la deuda externa, redireccionando el gasto público corriente para cubrir los servicios de la deuda financiera del Estado. Los aumentos de precios en los servicios públicos y los combustibles por la quita de subsidios o por la adecuación de tarifas congeladas, traccionan el incremento del nivel general de precios, generando una inflación de costos en la economía argentina.
Publicado en formato papel en diario Perfil el domingo 28 de Enero.
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